Publicado en enero 9th, 2014 | por CBArq
Embellecimiento natural
El templo es un hito urbano de relevancia y,
El proyecto del imponente edificio de estilo románico data del año 1909, cuando el padre salesiano Ernesto Vespignani inició los primeros trabajos de replanteo de la obra que contemplaba una división del templo en tres partes: en el nivel más bajo la cripta o Iglesia Purgante, en un nivel más elevado la Iglesia Peregrina y, en un espacio superior el camarín de la Virgen y su pasarela, que representa la Iglesia Celestial.
Demandó más de 50 años habilitar la Cripta y la Peregrina, consagradas el 24 de diciembre de 1971. Pero la Iglesia Celestial tuvo que esperar muchos años para ser finalizada; recién en el 2011 se ejecutó la intervención en el camarín que incluyó la remodelación del altar mayor.
La intervención
Los trabajos se enfocaron en otorgar al templo una jerarquía acorde a la imponencia del espacio, por ello el manejo de la escala y la nobleza de los materiales eran prioritarios. En este sentido, se utilizó un lenguaje de conexión entre el altar mayor, la escalera deambulatoria y el camarín de la Virgen, para generar una atmósfera de reflexión y contemplación permanente.
En el altar mayor se generó una plataforma (presbiterio) donde se destaca la mesa de consagración planteada como un gran bloque macizo de piedra natural, con un friso frontal que representa el cuerpo y la sangre de Cristo.
Completan el presbiterio, un ambón realizado a modo de tabla con una escultura que simboliza la voz en su máxima expresión; la presidencia con un sillón central para el celebrante y, detrás de este espacio está el sagrario, bajo la figura de Jesús y sus apóstoles, constituido en un retablo que se conservó del altar anterior.
En la parte superior sobresale el trabajo que se realizó para completar la balaustrada inexistente sobre el altar; requirió una réplica perfecta de la que está en todo el perímetro de la Iglesia Celestial.
Además se ubicó en la parte más alta un retablo con un lienzo fotográfico del presbiterio original de la Iglesia Madre Salesiana (sede ubicada en la ciudad de Turín, Italia).
Completan el sector del altar una destacada pila bautismal revestida en mármol de Carrara con una pequeña paloma dorada en el centro, apoyada sobre el artefacto que a modo de fuente deja fluir el agua como representación del rito.
Sobre los muros se destacaron los importantes cuadros de tela ya existentes y el zócalo de travertino, que en conjunto genera un espacio con profunda significación espiritual.
También se ponderaron los trabajos realizados por el artista Mauro Baldessari quien tuvo a su cargo la ejecución de las esculturas de santos, beatos argentinos y ángeles..
La envergadura del edificio obligó a realizar el proyecto de intervención en distintas etapas.