Sustentable

Publicado en septiembre 26th, 2014 | por CBArq

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Techos vivos, una alternativa sensible y eficiente

Para promover sustentabilidad hay que ponderar la eficiencia energética, pero sin descuidar la huella ecológica que antecede a la obra, y que involucran acciones y materiales intervinientes en la misma con su posterior mantenimiento.

Se debe generar transferencia de tecnologías desde la bioconstrucción hacia la construcción tradicional, donde es posible aprovechar las energías primarias para obtener beneficios no solo a niveles individuales sino colectivos. Ya no pasan desapercibidas las edificaciones que toman todo de la tierra y no devuelven nada. Hace tiempo que se trata de cambiar el concepto de edificio parásito, por otro que dé beneficios a la ciudad, esto se traduce en calidad de vida para toda la comunidad urbana. Los colectores solares fotovoltaicos y de calentamiento de agua, son parte del diseño arquitectónico inicial, y cuidan los recursos naturales. La cubierta verde aporta soluciones a la eficiencia energética, como así también, los muros verdes o jardines verticales. Con las nuevas tecnologías de impermeabilización, es económico hacer cubiertas verdes. Es real que en el mercado actual existen diversos productos que se los consideran imprescindibles a la hora de resolver un techo vivo, pero si se aplica creatividad, muchos materiales pueden ser reemplazados por productos de bajo costo. Como toda obra, siempre es mejor concebir estas resoluciones en la etapa de proyecto, debido a que se calculan las sobre-cargas y se diseñan las bajadas pluviales. No obstante, los costos de ejecución de la cubierta verde, no superan de manera significativa los de una cubierta tradicional.

BENEFICIOS DESTACADOS
· Un techo vivo, le devuelve a la tierra el mismo porcentaje de superficie que ocupó dicha intervención.
· Aporta oxígeno a la atmósfera.
· Genera una superficie de prestancia térmica para la vivienda y su entorno, regulando naturalmente la temperatura y la humedad. Con una cubierta verde, no es necesario el uso del aire acondicionado, la temperatura del interior se mantiene en promedio a la de confort.
· Embellece su entorno y mejora la visión urbana en general.
· Evita el efecto de isla de calor, que es un problema cíclico en muchas ciudades.
· Mejora el escurrimiento de las aguas de lluvia, porque hace de retardador natural, esta no drena hasta que el sustrato vegetal se satura.
El techo vivo es un recurso sustentable y se puede ejecutar en la mayoría de las cubiertas existentes, teniendo en cuenta análisis de carga, verificación de pendientes y drenajes pluviales.
El mantenimiento depende de la especie vegetal que se utilice, puede ser mínimo y hasta nulo. Además, la cubierta verde protege la membrana hidrófuga de los rayos UV, perpetuando su vida útil.

Accesible y de permanencia
Con una acertada elección del tipo de vegetación, la cubierta no necesita riego adicional. Un techo vivo es técnicamente una cubierta invertida, La función de un techo verde es aislar y proteger, y al igual que todos los techos está compuesto por distintas capas, cada una con una función específica.
Básicamente, estas capas son las siguientes:
· soporte estructural (sobrecarga s/c. 150-180 kg/m2).
· Barrera corta vapor.
· Membrana impermeable transitable.
· Barrera contra raíces, (opcional, dependiendo si es un techo extensivo).
· Sistema de drenaje.
· Filtro.
· Medio de crecimiento.
· Capa vegetal.

¿Por qué son tan populares los techos vivos en los diseños modernos?
Es cierto que las condiciones ambientales urbanas necesitan de los beneficios que provee una cubierta verde y, por sus cualidades paisajísticas, son también una alternativa más que alentadora para las obras modernas.
A los techos verdes los podríamos ubicar como una tendencia mundial, aunque en nuestro País, es un tanto nuevo el concepto; es real que la demanda de techos vivos aumenta notablemente.
Si recordamos a las cubiertas de la construcciones tradicionales antiguas y no tanto, encontramos que mayormente se usaba como carga y aislante térmico una capa de tierra.
Personalmente, creo que esto se dejó de usar debido a que el mercado de los materiales de construcción nos “convenció” de que otros productos eran mejores, sucedió lo mismo con el uso de morteros cementicios en las obras de arquitectura, que desplazó totalmente al adobe y a la tierra cruda, que poseen condiciones maravillosas desde diversos aspectos técnicos y su huella ecológica es mínima.
Por supuesto, no podemos renegar de las ventajas que nos brinda el cemento, pero sí podemos reflexionar y comprobar la cantidad de energía que se necesita para fabricarlo, así como también, en los demás materiales que usamos en la construcción, sin cuestionarnos ¿cómo llegaron al mundo? ¿Y cómo se irán de él?
Escuché decir por ahí, que “la energía más eficiente, es la que no se consume¨.

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