Una nueva joya Parisina
Frank Ghery inaugura nueva obra en París. El célebre arquitecto norteamericano ganador del Premio Pritzker fue quien hacia el año 2006 diseñó el Museo de la Fundación Louis Vuitton en París, que finalmente inauguró el pasado 27 de octubre de 2014 luego de 8 años de ejecución.
El museo, situado junto al Jardin D´Aclimatation en el famoso parque del lado oeste de París, “Bois de Boulogne”, es el primer paso artístico de la Fundación Louis Vuitton para impulsar el desarrollo de la cultura y el arte mediante una particular fisonomía inspirada en los jardines y la arquitectura parisina de finales del siglo XIX que recuerda, en este caso, a un barco o nube de cristal con 12 velas enormes realizadas en vidrio.
Con un estanque especialmente diseñado para acompañarlo y el Bois de Boulogne de fondo, el edificio ocupa una superficie de aproximadamente 3850m2 de 12.000 m2 de terreno, conteniendo en su interior 11 galerías para la presentación de colecciones, contribuciones de artistas en exhibiciones temporales y un auditorio para 350 personas con un diseño modular.
La privilegiada instalación del museo en este paisaje de jardín, su creativa e innovadora arquitectura y el nuevo puerto cultural que intenta representar, son diseñadas para atraer la atención de familias locales y turistas de todo el mundo, junto con aficionados de la arquitectura y el arte contemporáneos.
Un nuevo hito en la arquitectura contemporánea del siglo XXI
Desde el primer esbozo, el edificio de Frank Ghery es su gesto artístico inaugural. Éste innovador edificio de estilo deconstructivista combina todos los métodos arquitectónicos, códigos y modos de expresión y marcan un nuevo paso en su trabajo.
Inspirado por la ligereza y liviandad del vidrio, el arquitecto ha podido dar una sensación de impulso al edificio diseñado como un barco o una vela: establecido en un jardín de agua, y emergiendo entre los árboles centenarios del Jardin de Aclimatation, y mimetizándose con el entorno natural.
La elección de los materiales expresa la idea de transparencia: una carcasa de vidrio cubre el cuerpo del edificio, y un montaje de bloques conocido como el “iceberg”, le da volumen y movimiento. Además, el arquitecto tomó su acercamiento revolucionario de su trabajo en vidrio para brindar su visión: “nuestro deseo fue concebir un edificio que pueda evolucionar con las horas y el cambio de luz para crear una impresión de los efímero, y del cambio continuo”.