Formación de estudiantes y docentes
El arquitecto Ian Dutari es el decano de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba, un cargo que implica asumir nuevos proyectos con miras a los próximos dos años de gestión. En diálogo con Córdoba Arquitectura, contó algunos de los principales desafíos.
Ian Dutari
Arquitecto – Decano de la FAUD- UNC
“La gestión de las instituciones de formación superior como las universidades, implica dos instancias en paralelo. El objeto principal de la facultad es la calidad de la formación de estudiantes pero en paralelo tenemos otro objetivo clave que es la formación de los docentes. Tenemos 500 docentes y es muy importante que ellos adquieran las competencias para ejercer la docencia. Por eso, proponemos un sistema de formación docente continuo para las especialidades. En este sentido, vamos a proponer un curso de formación continua para docencia de taller, una de las modalidades específicas de nuestra disciplina. Es un taller integrado, donde convergen un montón de conocimientos necesarios para la conducción de los talleres.
¿Qué otros objetivos se proponen?
De una manera genérica buscamos una proximidad con la práctica, acentuar esta modalidad en nuestros haceres. Nuestra disciplina es una práctica. Entonces, poder aproximar las actividades que desarrollamos en la Facultad a la práctica es otro objetivo estratégico porque define un modo de enseñar y de aprender. Buscamos profundizar la proximidad con la práctica entendida como un recurso formativo potentísimo de nuestra disciplina.
Cuando entrás a un taller de arquitectura ves cómo se trabaja. La construcción de ese espacio de exploración y descubrimiento es muy significativo para las modalidades de aprendizaje. Tenemos que pasar por un proceso de observación, exploración, descubrimiento y comprensión, aunque la creatividad es un aspecto significativo de nuestra disciplina.
¿Cuál es el núcleo central en la formación que se les da a los alumnos?
El objetivo final del diseño y la arquitectura es la construcción de objetos y espacios para que la gente viva mejor. Construir arquitectura es algo caro y costoso, que puede ser complicado. Las facultades de arquitectura hacen la sustitución de un objeto por un proyecto y ese es el núcleo de lo que enseñamos: la operación de proyectar. Allí se sintetiza toda la densidad de la carga disciplinar: el proceso de proyecto debe ser un proceso de carga consciente.
En lo que hace a la formación de los estudiantes, existe lo que podemos definir como un currículum oculto, que consiste en entusiasmar a los alumnos. Si los entusiasmas en el quehacer, hay mucho que se aprende en la facultad, pero mucho más en la calle. Esta es una carrera “extra áulica”. Se los motiva con viajes; el viaje organizado en términos pedagógicos es un recurso extraordinario para consolidar los grupos humanos y también como objeto de estudio. La experiencia con el espacio, el espacio público, la observación sobre cómo se habita, es clave. La ciudad es nuestro instrumento pedagógico por excelencia.
A propósito de las ciudades, ¿Qué reflexión podés hacer de las ciudades de hoy en general, y de Córdoba, en particular?
Hoy, más de la mitad de las personas del planeta viven en ciudades. Latinoamérica es un continente especialmente urbano, y más aún lo es Argentina, donde el 90 por ciento de las personas viven en ciudades. Córdoba crece al 1% anual, parece poco, pero en diez años son 140 mil personas que es más que la población de Villa María, que tardó 150 años en formarse. El gobierno de la ciudad se tiene que ocupar de este fenómeno; es algo que pasó y va a seguir pasando. Tener proporción de cuáles son los problemas estructurales de la ciudad es muy importante.
La idea de que la formación no se oriente a un solo perfil favorece la conexión con el mercado laboral.
¿Qué aportes se realizan desde la facultad?
Hay investigaciones muy concretas, el año pasado la carrera de arquitectura abordó la problemática de barrio Güemes y estamos preparando una publicación con el producto de esa elaboración por parte de miles de estudiantes y cientos de profesores. Se presenta y se pone a disposición de la sociedad. Junto con eso hay un montón de investigaciones y tesis de grado que abordan estos temas, la ciudad tiene encrucijadas con el transporte, crecimiento, densidad, normativa, preservación.
Esto tiene que ver con otros de los programas que estamos planteando que es visibilizar este producto de la facultad a partir de muestras y publicaciones.
¿Cómo se incorpora el factor tecnológico al proyecto de formación pedagógica?
Pretendemos que haya un proceso de innovación en la pedagogía. Estamos armando una publicación sobre “cómo enseñamos”. Cada contenido tiene un modo eficaz de enseñarse en un contexto de masividad. Las nuevas generaciones perciben la realidad y absorben su conocimiento de un modo novedoso y eso impacta en los modos que enseñamos.
Es un producto intelectual generar estas nuevas formas de enseñar. Una de ellas es considerar es esta vecindad con la realidad, trabajar con la realidad desde los procesos formativos en la facultad es un deber ético, pero también es un recurso pedagógico, es obligatorio y útil hacerlo. Por otro lado, promoveremos una convocatoria para un laboratorio de experimentación tecnológica, donde el cómo construir sea motivo de una reflexión profunda. Estamos pensando en un equipo de docentes alumnos que trabaje estas innovaciones en el contexto de la facultad.
La observación sobre cómo se habita es clave. La ciudad es el instrumento pedagógico por excelencia.
¿Cómo se prepara a los alumnos para afrontar el mercado laboral?
Buscamos diversificar las trayectorias de formación, que existan múltiples trayectorias, dentro de la facultad, inclusive de cursado. Muchas facultades han enfocado su perfil en formar al profesional proyectista independiente, pero hoy hay muchas más posibilidades para el arquitecto. Trabajar en empresas constructoras, ocupar cargos de planificación y gestión, preservación, en medio ambiente y muchos más. La idea de que la formación no se oriente a un solo perfil tiene que ver con favorecer la conexión con el mercado laboral.